Según los devotos del Establishment Científico, las terías dudosas son descartadas única y exclusivamente en base a la evidencia y con la herramienta objetiva por excelencia: la revisión por pares. Dicho procedimiento asegura que las conclusiones sean objetivas y exactas, y que no se filtren charlatanerías, fraudes y otras falsedades en el cuerpo de conocimiento de la ciencia.
Sin embargo, hay casos donde tal axioma no aplica a los hechos, y donde los árbitros de la objetividad se comportan más como inquisidores que como científicos, haciendo grotescas pantomimas de imparcialidad y seriedad.
En 1988, tras 5 años de investigaciones, Jacques Benveniste, inmunólogo francés, director de la Unidad 200 del Institut National de la Santé et de la Recherche Médicale ( INSERM ), envió a Nature para su publicación un artículo donde afirmaba que el agua mantenía "memoria" del anticuerpo anti-IgE en diluciones ultra-altas.
Nature aceptó el artículo con la condición de que los resultados fueran replicados por laboratorios independientes. Los experimentos fueron replicados por instituciones en Canadá, Italia, Israel y Francia, y el artículo fué publicado con científicos de esas instituciones como coautores. Aún así, el editor John Maddox acompañó el artículo con un editorial titulado "When to believe the unbelievable" donde decía
"Hay buenas y particulares razónes por las que la gente prudente debería, por el momento, suspender su juicio" Referencia
y además procedía a ennumerar cuáles principios de física y química serían, según él, violados "si la investigacion publicada era cierta".
No conforme con esto, Maddox requirió que el experimento de Benveniste fuera auditado por un equipo revisor. Y aquí es donde las cosas se ponen científicamente interesantes. El equipo revisor ( como se narra aquí, aquí y aquí ) constaba de tres personas:
a) John Maddox mismo.
b) Walter Stewart, químico, experto en fraudes y reciente ( en ese momento ) denunciador del Premio Nobel David Baltimore.
c) James Randi, alias de Randall James Hamilton Zwinge, prestidigitador convertido en denunciador de fraudes en fenómenos paranormales y escéptico profesional.
Así que para revisar un experimento en inmunología de frontera, validado por cuatro instituciones internacionales aparte del propio INSERM, Nature, una de las revistas más prestigiosas del mundo, envió a un físico, un químico y un prestidigitador, estos dos últimos dedicados a denunciar fraudes.
¿Porqué John Maddox habla de creer o no creer en la evidencia, donde la creencia no tiene lugar, según el Dr. Ganem y demás apologistas del Establishment Científico?
¿Porqué no había uno o varios inmunólogos en el equipo?
¿Porqué iban denunciadores de fraudes a una institución seria a auditar un experimento científico especializado ya replicado, cuando uno de ellos ni siquiera era científico?
¿Porqué John Maddox tenía que hacer un esfuerzo para creer lo que ya estaba demostrado por varias instituciones científicas pero no pudo hacerlo para ser serio a la hora de constituir un equipo auditor?
Como es lógico para semejante equipo de inquisidores, las anécdotas sobre el experimento "supervisado" hablan de un Stewart histérico, teniendo que ser acallado en varias ocasiones por Maddox y Benveniste.
Previsiblemente, fueron encontrados "errores básicos" en el experimento y aunque Nature no se atrevió a retirar el artículo de Benveniste, se publicó un "informe" con el calumnioso título de "‘High-dilution’ experiments a delusion". Así que cinco años de investigación en una institución francesa de primera línea no son inciertos ni no corroborados. Son una ilusión o engaño ( según se traduzca delusion ).
Como nota final y en una admisión de "foxiana" estolidez e ignorancia inenarrable de la verdadera ciencia, Randi admite no sólo lo cuestionado de su presencia, sino su verdadero objetivo:
"Regardless, I stayed in place, the tests were done, and the results were announced. The French media were malheureuse and made that very evident, but we'd proven our case."
Traducción:
"A pesar de todo, me quedé, las pruebas se realizaron, y los resultados fueron anunciados. Los medios franceses estaban desolados y lo hicieron muy evidente, pero habíamos probado nuestro caso"
Así que, en palabras del propio señor mago, los Tres Mosqueteros de La Ciencia no iban con una posición de árbitro imparcial. No iban a ser testigos. No iban a revisar los procedimientos. Iban a probar un caso.
A consecuencia de ese "caso" y al igual que en los viejos procesos de brujería de la Iglesia Católica, Jacques Benveniste perdió todo: su posición, su trabajo y murió como el hazmereír de miles de devotos que siguen repitiendo como pericos las "conclusiones" del "equipo" de "investigadores".
Hay realmente poco que agregar a semejante relato. Cualquier idea de la seriedad absoluta de este medio científico es insostenible ante semejante comportamiento. Y las constantes apologías generales del Dr Ganem hacia Nature y la ciencia representada por el Establishment Científico resultan tan fundamentadas como su defensa de los transgénicos.
No hay que concluir, sin embargo, que este es un Hecho Aislado(MR). Hay demasiados casos de este tipo. La importancia de narrar este radica en que atañe a quizá la revista más prestigiosa del mundo en materia científica. Y no se trata de un error sutil de naturaleza técnica, que apenas los entendidos pueden diferenciar. Aquí se muestra, sin problemas de interpretación, que la cúspide del Establishment Científico es incapaz de comportarse con el mínimo profesionalismo, ya no digamos imparcialidad.
Como he dicho en otros artículos, esto NO es un ataque a la ciencia. Jacques Benveniste era un científico. Brian Josephson, Luc Montagnier y otros que han hablado a favor de Benveniste, también son científicos y pueden estar en lo cierto o equivocados respecto de este y otros fenómenos. Aquí lo que se muestra es que los verdaderos científicos están en desventaja frente a los tenedores del poder, los dueños del Establishment Científico, que son todo menos árbitros con peso moral y probidad.
Sin embargo, hay casos donde tal axioma no aplica a los hechos, y donde los árbitros de la objetividad se comportan más como inquisidores que como científicos, haciendo grotescas pantomimas de imparcialidad y seriedad.
En 1988, tras 5 años de investigaciones, Jacques Benveniste, inmunólogo francés, director de la Unidad 200 del Institut National de la Santé et de la Recherche Médicale ( INSERM ), envió a Nature para su publicación un artículo donde afirmaba que el agua mantenía "memoria" del anticuerpo anti-IgE en diluciones ultra-altas.
Nature aceptó el artículo con la condición de que los resultados fueran replicados por laboratorios independientes. Los experimentos fueron replicados por instituciones en Canadá, Italia, Israel y Francia, y el artículo fué publicado con científicos de esas instituciones como coautores. Aún así, el editor John Maddox acompañó el artículo con un editorial titulado "When to believe the unbelievable" donde decía
"Hay buenas y particulares razónes por las que la gente prudente debería, por el momento, suspender su juicio" Referencia
y además procedía a ennumerar cuáles principios de física y química serían, según él, violados "si la investigacion publicada era cierta".
No conforme con esto, Maddox requirió que el experimento de Benveniste fuera auditado por un equipo revisor. Y aquí es donde las cosas se ponen científicamente interesantes. El equipo revisor ( como se narra aquí, aquí y aquí ) constaba de tres personas:
a) John Maddox mismo.
b) Walter Stewart, químico, experto en fraudes y reciente ( en ese momento ) denunciador del Premio Nobel David Baltimore.
c) James Randi, alias de Randall James Hamilton Zwinge, prestidigitador convertido en denunciador de fraudes en fenómenos paranormales y escéptico profesional.
Así que para revisar un experimento en inmunología de frontera, validado por cuatro instituciones internacionales aparte del propio INSERM, Nature, una de las revistas más prestigiosas del mundo, envió a un físico, un químico y un prestidigitador, estos dos últimos dedicados a denunciar fraudes.
¿Porqué John Maddox habla de creer o no creer en la evidencia, donde la creencia no tiene lugar, según el Dr. Ganem y demás apologistas del Establishment Científico?
¿Porqué no había uno o varios inmunólogos en el equipo?
¿Porqué iban denunciadores de fraudes a una institución seria a auditar un experimento científico especializado ya replicado, cuando uno de ellos ni siquiera era científico?
¿Porqué John Maddox tenía que hacer un esfuerzo para creer lo que ya estaba demostrado por varias instituciones científicas pero no pudo hacerlo para ser serio a la hora de constituir un equipo auditor?
Como es lógico para semejante equipo de inquisidores, las anécdotas sobre el experimento "supervisado" hablan de un Stewart histérico, teniendo que ser acallado en varias ocasiones por Maddox y Benveniste.
Previsiblemente, fueron encontrados "errores básicos" en el experimento y aunque Nature no se atrevió a retirar el artículo de Benveniste, se publicó un "informe" con el calumnioso título de "‘High-dilution’ experiments a delusion". Así que cinco años de investigación en una institución francesa de primera línea no son inciertos ni no corroborados. Son una ilusión o engaño ( según se traduzca delusion ).
Como nota final y en una admisión de "foxiana" estolidez e ignorancia inenarrable de la verdadera ciencia, Randi admite no sólo lo cuestionado de su presencia, sino su verdadero objetivo:
"Regardless, I stayed in place, the tests were done, and the results were announced. The French media were malheureuse and made that very evident, but we'd proven our case."
Traducción:
"A pesar de todo, me quedé, las pruebas se realizaron, y los resultados fueron anunciados. Los medios franceses estaban desolados y lo hicieron muy evidente, pero habíamos probado nuestro caso"
Así que, en palabras del propio señor mago, los Tres Mosqueteros de La Ciencia no iban con una posición de árbitro imparcial. No iban a ser testigos. No iban a revisar los procedimientos. Iban a probar un caso.
A consecuencia de ese "caso" y al igual que en los viejos procesos de brujería de la Iglesia Católica, Jacques Benveniste perdió todo: su posición, su trabajo y murió como el hazmereír de miles de devotos que siguen repitiendo como pericos las "conclusiones" del "equipo" de "investigadores".
Hay realmente poco que agregar a semejante relato. Cualquier idea de la seriedad absoluta de este medio científico es insostenible ante semejante comportamiento. Y las constantes apologías generales del Dr Ganem hacia Nature y la ciencia representada por el Establishment Científico resultan tan fundamentadas como su defensa de los transgénicos.
No hay que concluir, sin embargo, que este es un Hecho Aislado(MR). Hay demasiados casos de este tipo. La importancia de narrar este radica en que atañe a quizá la revista más prestigiosa del mundo en materia científica. Y no se trata de un error sutil de naturaleza técnica, que apenas los entendidos pueden diferenciar. Aquí se muestra, sin problemas de interpretación, que la cúspide del Establishment Científico es incapaz de comportarse con el mínimo profesionalismo, ya no digamos imparcialidad.
Como he dicho en otros artículos, esto NO es un ataque a la ciencia. Jacques Benveniste era un científico. Brian Josephson, Luc Montagnier y otros que han hablado a favor de Benveniste, también son científicos y pueden estar en lo cierto o equivocados respecto de este y otros fenómenos. Aquí lo que se muestra es que los verdaderos científicos están en desventaja frente a los tenedores del poder, los dueños del Establishment Científico, que son todo menos árbitros con peso moral y probidad.